viernes, 30 de octubre de 2015

Influencia de Alejandro Magno en El Quijote

INFLUENCIA DE ALEJANDRO MAGNO EN EL QUIJOTE


                    
En el escrutinio de la biblioteca de don Quijote Alejandro Magno aparece como respetuoso admirador de las obras de Homero y que encarna la virtud de la liberalidad y abre la serie de personajes históricos en el catálogo del canónigo. Esa misma virtud de la liberalidad es destacada en la segunda décima de cabo roto del primer poema laudatorio que sigue al prólogo, donde se dice que el Duque de Béjar, a quien Cervantes dedica la obra, es nuevo Alexandro Magno:

Y pues la espiriencia ense
Que el que a buen arbol se arri
Buena sombra le cobi
En Bexar tu buena estre.
Vn arbol real te ofre                                      15
Que da Principes por fru
En el qual florecio vn Du
Que es nueuo Alexandro Ma
Llega a su sombra que a osa
Fauorece la fortu.                                  20 (Pr. 70. 11-20).

Y también en la historia que en primera persona nos cuenta el cautivo: «Passaua mi padre los terminos de la liberalidad, y rayaua en los de ser prodigo. Cosa que no le es de ningun prouecho al hombre casado, y que tiene hijos que le han de suceder en el nombre, y en el ser. Los que mi padre tenia eran tres, todos varones, y todos de edad de poder elegir estado. Viendo pues mi padre, que segun el dezia, no podia yrse a la mano contra su condicion, quiso priuarse del instrumento, y causa, que le hazia gastador, y dadiuoso, que fue priuarse de la hazienda, sin la qual, el mismo Alexandro pareciera estrecho.» (cap. IV 39. 5-8), donde se da a entender que liberalidad y posesión de riquezas van estrechamente unidas.
Para el narrador, para Cervantes, cuanto rodea a Alejandro entra en el canon de lo excelente, por eso, aunque el rocín de don Quijote tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis et ossafiit, a su dueño «le parecio que ni el Buzefalo de Alexandro, ni Babieca el del Cid con el se ygualauan» (I 1. 30).

En fin, decir Alejandro Magno es tanto como decir Grecia, según se desprende del segundo catálogo, todo él de personajes históricos, que el canónigo presenta a don Quijote para que colme su desmedido afán de lectura: «Y si toda via, lleuado de su natural inclinacion, quisiere leer libros de hazañas, y de cauallerias, lea en la sacra Escritura el de los Iuezes, que alli hallara verdades grandiosas, y hechos tan verdaderos como valientes. Vn Viriato tuuo Lusitania, vn Cesar Roma, vn Anibal Cartago, vn Alexandro Grecia, vn Conde
Fernan Goncalez Castilla, vn Cid Valencia, vn Goncalo Fernandez Andaluzia, vn Diego Garcia de Paredes Estremadura, vn Garci Perez de Vargas Xerez, vn Garci Lasso Toledo, vn don Manuel de Leon Seuilla, cuya lecion de sus valerosos hechos, puede entretener, enseñar, deleytar, y admirar a los mas altos ingenios que los leyeren. Esta si sera letura digna del buen entendimiento de vuestra merced, señor don Quixote mio, de la qual saldra erudito en la historia, enamorado de la virtud, enseñado en la bondad, mejorado en las costumbres, valiente sin temeridad, osado sin couardia: y todo esto para honra de Dios, prouecho suyo, y fama de la Mancha, do segun he sabido, trae vuestra merced su principio, y origen.» (IV 49. 21-23).


Pero el conocimiento que Cervantes tiene de la historia de Grecia no termina en la figura de Alejandro Magno como lo demuestran las esporádicas referencias a períodos posteriores, ya sea al mencionar, por boca del cura en su plática con el canónigo, al emperador Heraclio, que reinó desde 610 a 641 (IV 48. 14), al incluir en la voz del narrador (I 1. 27) o en la del canónigo (IV 49. 17) el imperio de Trebisonda, sin descontar los abundantes datos ofrecidos sobre Lepanto (IV 42. 43, Modón (IV 39. 51), Navarino (IV 39. 47, 51), Chipre (IV 39. 34) o Constantinopla (IV 39. 46, 39. 56, 67, 74, 40. 7, 10,41. 11, 42. 37,46).

jueves, 29 de octubre de 2015

FERIA DEL LIBRO





El miércoles día 4 de Octubre, a las 10:00 horas comienza la feria del libro en el IES Loustau-Valverde, se celebrará como viene siendo habitual en la biblioteca del centro, y este año contamos con numerosas actividades relacionadas con el libro " Don Quijote de la mancha" de Miguel de Cervantes, por coincidir con el cuarto aniversario de la publicación de la segunda parte del libro.









Contamos con una exposición de ejemplares de libros de "Don Quijote", entre ellos una reproducción fiel del original, del año 1915.



reproducción en corcho

Durante la feria habrá un photocall de "Don Quijote" otro de "Sancho Panza" y otro de "Dulcinea del Toboso".





La feria se inaugurará con la realización de la primera frase del" Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha":

 En un lugar de la mancha,de cuyo nombre no puedo acordarme, no ha mucho tiempo,vivía un hidalgo de los de lanza en astillero....

realizada letra a letra en piedras pintadas, por los alumnos de 1º ESO, y se pegarán con cemento cola frente a la biblioteca del centro para conmemorar este evento.

Por la radio del instituto habrá diferentes lecturas del quijote en Portugués, Francés, Inglés y Español. Radio IES Loustau-Valverde

Y el departamento de matemáticas realizará diversas actividades relacionadas también con el quijote durante la semana de la feria del libro.

Todos los grupos visitarán la feria acompañados de un profesor.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Halloween


 El próximo 30, viernes, desde el Departamento de Hostelería y Turismo, tenemos un desayuno, especial "Halloween", abierto para todo aquel que quiera visitarnos, en horario de 9.00 horas hasta las 12.00 horas. 

lunes, 26 de octubre de 2015

El Quijote y las matemáticas


EL QUIJOTE Y LAS MATEMÁTICAS

Las matemáticas forman parte de la cultura y se encuentran presentes a lo largo de los siglos en la pintura, la arquitectura, la música... y, desde luego, en la literatura. La obra más universal escrita en castellano es, sin duda alguna, El Quijote. Su lectura aporta conocimientos de muy diversa naturaleza: justicia, ética, botánica, gastronomía, historia,... y también cuestiones relacionadas con las matemáticas. Nosotros, sumándonos a la celebración del cuarto centenario de su primera edición, queremos mostrarte algunas partes relacionadas con las matemáticas.
Cervantes otorga mucha importancia al estudio de las matemáticas porque, como puedes ver en el capítulo XVIII de la segunda parte (cap. XVIII s.p., en lo que sigue), cuando Lorenzo, un joven aspirante a poeta, le pregunta por la ciencia de la Caballería, don Quijote le explica cosas que ha de ser y saber un caballero andante:
Es una ciencia -replicó don Quijote- que encierra en sí todas o las más ciencias del mundo,   que el que la profesa ha de ser jurisperito y saber las leyes de la justicia distributiva y commutativa, (...) ha de ser teólogo (...); ha de ser médico (...); …ha de ser astrólogo, para conocer por las estrellas cuántas horas son pasadas de la noche, y en qué parte y en qué clima del mundo se halla; ha de saber las matemáticas, porque a cada paso se le ofrecer átener necesidad dellas;… -
Y en el cap. XIX s.p., uno de los personajes “ilustrados” de la obra, cuenta aspectos de la esencia de las matemáticas.
En lo que faltaba del camino les fue contando el licenciado las excelencias de la espada,con tantas razones demostrativas y con tantas figuras y demostraciones matemáticas, que todos quedaron enterados de la bondad de la ciencia (...)
Cervantes, por medio de Lotario, expresa su valoración de las matemáticas en esta cita del cap. XXXIII de la primera parte (p.p. en lo que sigue):
Les han de traer ejemplos palpables, fáciles, inteligibles, demonstrativos, indubitables, con demostraciones matemáticas que no se pueden negar, como cuando dicen: “Si de dos partes iguales quitamos partes iguales, las que quedan también son iguales”; y, cuando esto no entiendan de palabra, como en efecto, no lo entienden, háseles de mostrar con las manos,...
Una vez dicho lo anterior...¡¡Comienza la aventura!!
¿Cómo va a estar ejerciendo de “Caballero” sin haber sido armado como tal? Por eso buscó un “Castillo” en el que velar sus armas y ser nombrado caballero, según establecen los muchos libros que había leído.

Tenía mucha hambre, pues como dijo al ventero:
y el ventero le ofreció una truchuela.

…vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella.

…el trabajo y peso de las armas no se puede llevar sin el gobierno de las tripas

Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca, porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído.
Pues bien, en la época de Don Quijote, coexistían en España hasta cinco sistemas monetarios de forma que las monedas de Castilla no eran las mismas que en Cataluña o en Navarra. Y aun había dos más: en Aragón y en Valencia. La unificación llegó más tarde. Como nuestros dos personajes viajaron desde La Mancha hasta Barcelona, se encontraron con esos cambios de monedas que se reflejan en la obra.
Si don Quijote quisiera hacer lo mismo, lo tendría difícil porque en España había cuatro sistemas monetarios distintos. La moneda de cambio en Castilla era el maravedí (mrs). Es decir, era la moneda que se utilizaba para marcar el valor de las otras.
A continuación exponemos unos datos, extraídos de un documento de 1572, para que aprecies el valor adquisitivo de las monedas. Con ellos tienes la posibilidad de hacer interesantes investigaciones comparándolos con los precios actuales.
La libra en Castilla pesaba 460 gramos, la arroba de aceite equivalía a 12,563 litros y la de vino a 16,133 litros

Un puerco
4 duc.
Libra de carnero capón
20 mrs
Libra garbanzos
16 mrs
Una ternera
5 duc.
Libra de vaca
14 mrs
Libra truchuela(1)
22 mrs
Un carnero
11 ½ duc.
Libra de cabra
10 mrs
Huevo
3 mrs

Una gallina
2 reales
Arroba de aceite
12 reales

Arroba de vino
5 reales
Colchón de lana
28 reales

Un albañil cobraba 5 reales por día, un plomero 3 y un cantero 4



ACTIVIDADES
Teniendo en cuenta los cinco reales que ganaba un albañil, haz los cálculos para averiguar:
a) ¿Cuántos días tenía que trabajar para poder comprar: un puerco, una arroba de aceite, una arroba de vino, un carnero, un colchón?
b) Haz el mismo cálculo pero aplicado al momento actual y compara los resultados.
c)    ¿Qué porcentaje del sueldo necesitaba el albañil de entonces para comprar: una gallina?Una libra de carnero capón?Una libra de vaca?Una libra de garbanzos?
Por otra parte...
La creación del Sistema Métrico Decimal (SMD) en 1789 vino a solucionar un grave problema que afectaba a Europa y a todos los lugares por donde se extendió la cultura europea. Para hacernos una idea del grado de complicación al que se había llegado, tengamos en cuenta que, por ejemplo, por la época en la que se aprobó el SMD existían en Europa 391 unidades denominadas libras que diferían entre sí.
La primera referencia a una de esas medidas se produce ya en el primer capítulo.
Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran los más del año, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda. Y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas (1) tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos.
Hanegas o fanegas. Se trata de una unidad de origen árabe cuyo valor variaba de unos lugares a otros. Esta característica era habitual y en este caso quizá más porque está ligada a extensiones de terreno y a la semilla necesaria para sembrarlo. (Los agricultores de La Mancha suelen decir que siembran “fanega por fanega” con lo que quieren decir que necesitan una fanega de grano para sembrar una fanega de terreno). Así que existe una unidad con ese nombre para la medida de áridos y otra para la medida de terrenos.
En Castilla, la utilizada para medida de áridos y granos era igual a doce celemines y equivalía a 55´5 litros.
Como unidad agraria, la fanega tenía una extensión de 6439´56 metros cuadrados. Ambas, la de áridos y la agraria, son nombradas en la obra. Así, en el cap.I p.p. se dice:  
Y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra desembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos.
En el cap. XIII s.p. podemos leer en medio del diálogo entre los escuderos del Caballero del Bosque y de don Quijote:
A mí no me falta nada deso -respondió Sancho-: verdad es que no tengo rocín, pero tengo un asno que vale dos veces más que el caballo de mi amo. Mala pascua me dé Dios, y sea la primera que viniere, si le trocara por él, aunque me diesen cuatro fanegas de cebada encima
Otra medida de capacidad que se cita dos veces en la segunda parte es el celemín.
Cuando Cervantes escribió El Quijote, las tierras de La Mancha estaban mucho más pobladas de árboles que en la actualidad. Uno de los más abundantes era la encina o carrasca. Su fruto, las bellotas, que ahora alimentan a los buenos cerdos de lugares como Extremadura, se medían en celemines. En el cap. LII s.p., en la carta de Teresa Panza a la duquesa, se dice:
Y, en lo que toca a las bellotas, señor mío, yo le enviaré a su señoría un celemín, que por gordas las pueden venir a ver a la mira y a la maravilla.
Pésame, cuanto pesarme puede, que este año no se han cogido bellotas en este pueblo; con todo eso, envío a vuesa alteza hasta medio celemín, que una a una las fui yo a coger y a escoger al monte, y no las hallé más mayores; yo quisiera que fueran como huevos de avestruz.

ACTIVIDADES

La fanega es una unidad tradicional que se conserva en ciertos lugares. Puede hablarse de fanegas para referirse a medida de capacidad o de superficie. Para el caso de superficies,en Castilla estaba dividida en doce celemines y equivalía a 6.439´56 metros cuadrados.
• Pregunta si la conocen y cuánto mide a personas mayores del lugar donde vives. Tal vez encuentres más de un valor.
• La fanega para medir áridos equivalía a 55´5 litros y también estaba dividida en doce celemines. ¿Cuánto mide cada celemín?
• Hay una medida popular que también se utilizó mucho llamada almud y que era igual a media fanega. ¿Cuántos litros tiene?.
• Si una encina produce, por término medio, entre 18 y 20 kilos de bellotas, ¿Cuál es la producción en almudes y en celemines?
En el cap. LVIII, don Quijote no mide granos o tierras, sino que expresa en fanegas la risa que nos producirá el ver a Sancho como gobernador de la ínsula:
Deja, lector amable, ir en paz y en hora buena al buen Sancho, y espera dos fanegas de risa,que te ha de causar el saber cómo se portó en su cargo...
En el capítulo X de la primera parte se nombra por primera vez el milagroso bálsamo de Fierabrás. Aparecen la onza, y el azumbre.
Sancho está dispuesto a olvidarse de la ínsula que le ha prometido don Quijote, a cambio de que le proporcione la receta del mágico licor de Fierabrás, pues ve que con ella resolverá su retiro (cap. X). Más tarde, en el capítulo XVII, Sancho tuvo ocasión de saber cuán “milagroso” es el bálsamo...
 Es un bálsamo -respondió don Quijote- de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay pensar morir de ferida alguna.(...)
Si eso hay -dijo Panza-, yo renuncio desde aquí el gobierno de la prometida ínsula, y no quiero otra cosa, en pago de mis muchos y buenos servicios, sino que vuestra merced me dé la receta de ese estremado (3) licor; que para mí tengo que valdrá la onza adondequiera más de a dos reales, y no he menester yo más para pasar esta vida honrada y descansadamente. Pero es de saber agora si tiene mucha costa el hacelle. - Con menos de tres reales se pueden hacer tres azumbres -respondió don Quijote.(1) Fierabrás es un gigante ligado a las leyendas de los libros de caballería sobre Carlomagno y los Doce Pares de Francia.(2) Se coagule. (3) Excelente

ACTIVIDADES

La onza es una unidad de peso que equivale a 28´755 gramos y el azumbre es igual a
2´016litros. Si cuestan tres reales los tres azumbres y Sancho los vende a dos reales la onza,¿cuántos reales de beneficio obtendrá? (Mantenemos que en un gramo hay la misma cantidad de sustancia que en un centímetro cúbico)


De todos modos, la idea de hacerse rico con la venta del bálsamo la abandonó cuando, en la venta donde luego fue manteado, probó lo que, según su amo, era el famoso licor, y le entró tal malestar que llegó a vomitar las asaduras (cap. XVII p.p.).
Por lo que se refiere a las medidas de longitud, es evidente que se tratan con frecuencia en la obra porque se narran las aventuras de dos viajeros. Cap. IX de la s.p.)
Rabiaba Sancho por sacar a su amo del pueblo, porque no averiguase la mentira de la respuesta que de parte de Dulcinea le había llevado a Sierra Morena; y así, dio priesa a la salida, que fue luego, y a dos millas del lugar hallaron una floresta o bosque, donde don Quijote se emboscó en tanto que Sancho volvía a la ciudad a hablar a Dulcinea
En el capítulo XXXI de la primera parte hace dos usos de la legua que sorprenden pues, de una parte le parece que treinta leguas recorridas por Sancho en tres días significan que ha ido a mucha velocidad y poco después habla de un reino con veinte mil leguas de contorno
¿Sabes de qué estoy maravillado, Sancho? De que me parece que fuiste y veniste por los aires, pues poco más de tres días has tardado en ir y venir desde aquí al Toboso, habiendo de aquí allá más de treinta leguas
Pues dígame, señor: ¿piensa vuestra merced caminar este camino en balde, y dejar pasar y perder un tan rico y tan principal casamiento como éste, donde le dan en dote un reino, que a buena verdad que he oído decir que tiene más de veinte mil leguas de contorno, y que es abundantísimo de todas las cosas que son necesarias para el sustento de la vida humana, y que es mayor que Portugal y que Castilla juntos?
El cuadro contiene todas las unidades de medidas de longitudes que figuran en El Quijote:

Legua
Milla
Braza o estado
Vara
Paso ordinario
Codo
Pie
Metros
Legua
1
4
3333+1/3
6666+2/3
20000
1393’166
Milla
1
833+1/3
1666+2/3
2000
3333+1/3
1393’166

Braza o estado
1
2
4
1’671
Vara
1
1+1/5
3
Paso ordinario
1
1+2/3
0’696

Codo
1
1+1/2
La vara que se nombra en la obra es la vara de Burgos pues existían más en otros lugares con medidas diferentes. Se cita una sola vez en la primera parte y hasta cuatro veces en la segunda. La siguiente corresponde al capítulo XIII de la segunda parte.
Y, levantándose, volvió desde allí a un poco con una gran bota de vino y una empanada de media vara; y no es encarecimiento, porque era de un conejo albar (9), tan grande que Sancho, al tocarla, entendió ser de algún cabrón, no que de cabrito…

ACTIVIDADES
• Calcular las equivalencias en centímetros de cada una de las medidas que se citan en las últimas lecturas.
Para los amigos de sacar punta a los números, les diremos que en El Quijote se utilizan siete mil doscientas cincuenta y seis palabras; que aparecen directamente en la obra o son nombrados, doscientos cincuenta y siete personajes. Todo esto se desarrolla en un total de ciento veintiséis capítulos siendo el más largo el XLI de la primera parte y el más corto el XV de la segunda parte.

Una recomendación final: leed El Quijote. ¿Vale?.

Relación del Quijote con la Mitología


¿Qué tiene que ver El Quijote con la mitología?

EL MUNDO DE LOS MITOS GRECORROMANOS EN DON QUIJOTE DE LA MANCHA.

1. Los dioses

En contraste con la consistencia de la leyenda heroica y de las referencias históricas, tal y como hemos las hemos apuntado, la utilización de la mitología clásica por parte de Cervantes tiene un alcance cuantitativo mucho menor, pero no por ello menos importante. Entre los dioses del panteón olímpico, siempre apelados con nombres latinos, sólo encontramos mencionados expresamente a Apolo, Diana, Marte y Neptuno. Y de este cuarteto divino, únicamente Apolo, aunque limitada, tiene una presencia especial.

Diana. Diana es nombre que da título a libros (de Montemayor, del Salmantino y de Gil Polo en 1 5. 11, 6. 51, 54, 55) o, según don Quijote, nombre a fingidos amores de poetas (111 25. 123). Diana-
Artemis-Hécate-Selene está sin duda en la invocación de don Quijote para requerir noticias sobre Dulcinea durante la vela de la venta que él creía castillo y antes de ser requerido burlonamente por Maritornes y la hija del ventero: «Dame tu nueuas della, o Luminaria de las tres caras: quiqa con embidia de la suya, la estas aora mirando, que o passeandose por alguna galeria de sus suntuosos palacios, o ya puesta de pechos sobre algun valcon, esta considerando como, salua su honestidad, y grandeza, ha de amansar la tormenta que por ella este mi cuytado coracon padece, que gloria ha de dar a mis penas, que sosiego a mi cuidado, y finalmente, que vida a mi muerte, y que premio a mis seruicios», IV 43. 40.

Marte. En la aventura de los batanes, es tal la situación que describe don Quijote, oscuridad, silencio, estruendo, ruidos, que sería suficiente para «infundir miedo, temor, y espanto en el pecho del mesmo Marte» (111 20. 9). «En el soberuio trono Diamantino, / Que con sangrientas plantas huella Marte, / (Frenetico) el Manchego, su estandarte / Tremola con esfuerqo peregrino.» es el comienzo del soneto dedicado a Rocinante por el caprichoso, discretísimo académico de Argamasilla (IV 52. 67. 1-4). Aunque sin denominación explícita, Marte es «el Dios de las batallas», que permite que don Quijote sea castigado por transgredir leyes de la caballería (111 15.
26), y «Dios de las batallas» destinatario de un casco fabricado por el «Dios de las herrerias» (111 21. 28): «esta que parece bazia de barbero, como tu dizes, pero sea lo que fuere, que para mi que la conozco, no haze al caso su trasmutacion, que yo la aderecare en el primer lugar, donde aya herrero, y de suerte que no le haga ventaja, ni aun le llegue, la que hizo y forjo el Dios de las herrerias, para el Dios de las batallas» (111 2 1. 28)

Neptuno. Ir a «visitar los profundos senos de Neptunos es la expresión con que don Quijote señala, en el discurso de las armas y las letras, el peligro a que el soldado se expone en los combates
marinos (IV 38. 30).

Apolo. Pero es Apolo quien, identificado con el sol, ha inmortalizado las palabras con que don Quijote sugiere que se narrará su primera salida en los venideros siglos: «Apenas auia el rubicundo Apolo, tendido por la faz de la ancha, y espaciosa tierra, las dora-
das hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados paxarillos con sus harpadas lenguas, auian saludado con dulce, y meliflua armonia, la venida de la rosada Aurora, que dexando la blanda cama del zeloso marido, por las puertas, y balcones del Manchego horizonte, a los mortales se mostraua, quando el famoso cauallero don Quixote de la Mancha, dexando las ociosas plumas, subio sobre su famoso cauallo Rozinante, y comen@ a caminar por el antiguo, y conocido campo de Montiel (I 2. 6).
Apolo es sobre todo el dios de la poesía. Por eso el cura, en el escrutinio de la biblioteca, decide que se guarde la Diana de Gil Polo «como si fuera del mesmo A p o l o» (I 6. 56), y emite un juicio muy favorable sobre los diez libros de Fortuna de Amor, compuestos por el poeta sardo Antonio de Lofraso, apoyando sus palabras en el dios: «desde que Apolo fue Apolo, y las Musas Musas, y los
Poetas Poetas, tan gracioso, ni tan disparatado libro como esse no se ha compuesto» (I 6. 58).

Y de las conocidísimas aventuras amorosas del dios, la de Dafne es recordada cuando don Quijote le invoca: «Y tu Sol, que ya deues de estar apriessa ensillando tus cauallos, por madrugar, y salir a ver a mi señora, assi como la veas, suplicote que de mi parte la saludes: pero guardate que al verla, y saludarla, no le des paz en el rostro, que tendre mas zelos de ti, que tu los tuuiste de aquella ligera ingrata, que tanto te hizo sudar, y correr por los llanos de Tesalia, o por las riberas de Peneo, que no me acuerdo bien por donde corriste entonces, zeloso, y enamorado.» (IV 43. 41). Y también, en la profecía del disfrazado barbero al ser enjaulado don Quijote, se pronostica el fin de la aventura: «Y esto sera antes, que el seguidor de la fugitiua ninfa, faga dos vegadas, a la visita de las luzientes imagines, con su rapido, y natural curso.», es decir, antes de que el sol haya recorrido dos veces los signos del zodíaco (IV 46. 53).

Febo, el epíteto más conocido del dios Apolo, sirve para caracterizar al kauallero del Febo», ya dedique un soneto a don Quixote de la Mancha, (Pr. 83), ya sea considerado el más valiente por el barbero (I 1. 17), bien cuando se nos cuenta su maravillosa caída en una «trampa que se le hundio debaxo de los pies, en vn cierto castillo» (111 15. 47), o cuando don Quijote se nos presenta como «el que ha de poner en oluido los Platires, los Tablantes, Oliuantes, y Tirantes: los Febos, y Belianisew (111 20. 8).

Vulcano, Baco, Venus. El cuarteto de dioses explícitamente citados se amplía con la inclusión en la nómina de expresiones tales como «Dios de las herrerias» (111 21. 28), en alusión a Vulcano, Dios
de la risa», Baco (111 15. 60), y «diosa de la hermosura» (111 16. 56), Venus, que encontramos como comparación en la escena íntima, a su pesar, de Maritornes y don Quijote.

2. Semidiodes y héroes

En ocasiones, una breve y concentrada ráfaga mitológica, como la de Hércules y Anteo, sirve al narrador de apoyo a las preferencias lectoras de don Quijote: «Mejor estaua con Bernardo del Carpio, porque en Ronçesualles auia muerto a Roldan el encantado, valiendose de la industria de Hercules, quando ahogo a Anteo el hijo de la Tierra entre los braqos.» (I 1. 22).

Caco, modelo de historias de ladrones desde el prólogo (Pr. 44), sirve para describir la catadura ética del ventero, que es «no menos ladron, que Caco, ni menos maleante, que estudiantado paje» en opinión del narrador (I 2. 25). Y más ladrones que Caco, dice el cura, son los amigos y compañeros de Reinaldos: «Ya conozco a su merced, dixo el cura, ay anda el señor Reynaldos de Montaluan, con sus amigos, y compañeros, mas ladrones que Caco» (I 6. 30).

Los cien brazos y las cincuenta cabezas de Briareo llenan de sobra la aventura de los molinos cuando al mover sus aspas don Quijote les increpa: «Leuantose en esto vn poco de viento, y las grandes aspas comentaron a mouerse, lo qual visto por don Quixote, dixo: Pues aunque mouais mas bracos que los del Gigante Briareo, me lo aueis de pagar.» (I 8. 9).

Tras la aventura de los yangüeses, tras lo mal parado que ha salido Rocinante, para aceptar sin desdoro tener que cabalgar sobre el asno de Sancho, don Quijote recuerda a Sileno: «Y mas, que no tendre a deshonra la tal caualleria, porque me acuerdo auer leydo, que aquel buen viejo Sileno, ayo, y pedagogo del alegre Dios de la risa, quando entro en la ciudad de las cien puertas, yua muy a su plazer cauallero sobre vn muy hermoso asno.» (111 15. 60).

Cástor y Pólux forman parte, al lado de las doce tribus de Israel y de los siete Macabeos, del minicatálogo enunciado por don Quijote para demostrar a Sancho que no le da miedo tener que enfrentarse con la Santa Hermandad (111 23. 5).

El «hilo del laberinto de Perseo (sic)» inspira en don Quijote el consejo que da a Sancho para que vaya soltando ramas de trecho en trecho hasta salir de la espesura de Sierra Morena y así pueda encontrarlo a la vuelta sin perderse: «lo mas acertado sera, para que no me yerres, y te pierdas, que cortes algunas retamas, de las muchas que por aqui ay, y las vayas poniendo de trecho a trecho, hasta salir a lo raso, las quales te seruiran de mojones y señales, para que me halles quando bueluas, a imitacion del hilo del laberinto de Perseo.» (111 25. 169).

Para el cura, Pegaso, el caballo alado, es sinónimo de lo que significa caminar cómodamente, aunque vaya subido en las ancas de una mula: «a mi aunque indigno sacerdote, bastarame subir en las ancas de vna destas mulas destos señores que con V.m. caminan, sino lo han por enojo: y aun hare cuenta, que voy cauallero sobre el cauallo Pegaso, o sobre la cebra, o alfana en que caualgaua aquel famoso Moro Muzaraque, que aun hasta aora yaze encantado en la gran cuesta Culema, que dista poco de la gran Compluto.» (IV 29. 68).

Clotario, el amigo íntimo a que Anselmo quiere utilizar para probar si Camila, su mujer, es cabalmente honesta recita aquello de «Que si ay Danaes en el mundo, / Ay pluuias de oro tambien», clara alusión a la unión que con Dánae tuvo Zeus tranformado en lluvia de oro (IV 33. 71. 11-12).

Don Quijote, que se cree requerido de amores, con tal de no traicionar a Dulcinea, estaría dispuesto a dar a la hija del ventero cualquier cosa que le pida, por difícil que sea de proporcionar, menos el amor, aunque sean los cabellos de Medusa: «y si del amor que me teneys, hallays en mi otra cosa con que satisfazeros, que el mismo amor no sea, pedidmela, que yo os juro, por aquella ausente ene-
miga dulce mia, de daros la en continente, si bien me pidiessedes vna guedeja de los cabellos de Medusa, que eran todos culebras: o ya los mesmos rayos del Sol, encerrados en vna redoma.» (IV 43. 44).

Creta y su laberinto sirve a don Quijote para trazar un símil sobre la inseguridad a que el ve expuestas a las mujeres de su tiempo: «Y agora en estos nuestros detestables siglos, no esta segura ninguna, aunque la oculte, y cierre otro nueuo laberinto como el de Creta, porque alli por los resquicios, o por el ayre, con el zelo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia, y les haze dar con todo su recogimiento al traste» (11 11. 25). El hilo de Ariadna, un tópico de expresión muy manido, es convertido por don Duijote en «la soga de Teseo», brillante imagen, cuando habla a Sancho del «laberinto de imaginaciones» en que le han metido el barbero y el cura disfrazados (IV 48. 37).

El Monicongo, académico de Argamasilla, inició el epitafio de la tumba de don Quijote con estos versos: «El caluatrueno, que adorno a la Mancha, / De mas despojos que Iason decreta» (IV 52.63. l), que son una clara referencia al protagonista de la saga de los argonautas.


 En las Galateas (1 6. 69, 111 25. 123) y Amarilis (111 25. 123), en Cloris (IV 34. 35, 43, 44, 45, 47, 48. 4, 14, 53) y Filis (111 23. 23. 5, 23. 27, 25. 123), en la «pastoral Arcadia» de la historia de Leandra (IV 5 1. 18), tenemos el regusto de ninfas y pastoras tan caro a toda la poesía bucólica helenística y renacentista.